viernes, 20 de septiembre de 2019

Henry Charles Bukowski



Nacido en 1920, Bukowski no se parece a ningún otro autor de su generación. Ni siquiera del siglo. Autobiográfico, transgresor, directo y confesional, fue un poeta y cronista del submundo alcohólico de Los Ángeles. Sus más de mil poemas están escritos con líneas sólidas, imágenes claras y una voz íntima y descabellada. Sus novelas cuentan su vida de trabajos precarios, romances caóticos, y su devoción por la bebida y las carreras de caballos.



Sufrió pobreza, hambre y rechazo social. Trabajó 12 años en el servicio postal. Era un alcohólico empedernido y un devoto de las carreras de caballos. Descubrió la escritura y la lectura de chico, aunque le costó un enorme trabajo desarollarse como escritor. Nunca tuvo apoyo financiero de ningún tipo y no terminó la universidad, por lo que siempre trabajó en centenares de empleos precarios, en fábricas, de lo que fuera. Por fin, a los 50 años, pudo comenzar a vivir de su escritura.

Al final de su adolescencia, Bukowski tuvo su bautismo en el alcohol y en la escritura, los ejes principales del resto de su vida (salvando las mujeres y las carreras de caballos, que vendrían después). Sobre la primera vez que probó vino –robado de los barriles del padre de un amigo- escribió: “Era mágico. ¿Por qué nadie me lo había dicho? Con esto, la vida era maravillosa, un hombre era perfecto, nada lo podía tocar.”
Bukowski vivió hasta los 73 años (1994) bebiendo y escribiendo todos los días, hasta el final.

                                               POEMAS DEL POETA GENIO


A la puta que se llevó mis poemas


Algunos dicen que debemos eliminar del poema
los remordimientos personales,
permanecer abstractos, hay cierta razón en esto, pero
¡Por Dios!
¡Doce poemas perdidos y no tengo copias!
¡Y también te llevaste mis cuadros, los mejores!
¡Es intolerable!
¿Tratas de joderme como a los demás?
¿Por qué no te llevaste mejor mi dinero? Usualmente
lo sacan de los dormidos y borrachos pantalones enfermos en el
rincón.
La próxima vez llévate mi brazo izquierdo o un billete de
cincuenta,
pero mis poemas no.
No soy Shakespeare
pero puede que algún día ya no escriba más,
abstractos o de los otros;
Siempre habrá dinero y putas y borrachos
hasta que caiga la última bomba,
pero como dijo Dios,
cruzándose de piernas:
“veo que he creado muchos poetas
pero no tanta poesía.”

¿Bebe?

Deshecho, anclado saqué de nuevo
la libreta amarilla
escribo desde la cama
como hice el año
pasado.
Voy a ir al medico
el lunes.
” Sí doctor, las piernas flojas, vértigo,
dolor de cabeza y dolor
de espalda.”
“¿Bebe?”, me preguntará.
“¿ Hace los ejercicios,
toma las vitaminas?”
Creo que simplemente estoy enfermo
de la vida, siempre los mismos
factores fluctuantes
rancios.
Incluso en el hipódromo
veo correr a los caballos
y me parece
que no tiene sentido.
Me voy enseguida después de apostar
a las carreras que quedan.
“¿Se va?, me preguntará el
empleado.
“Sí está aburrido”
le contesto.
“Mire, si cree que es aburrido,
lo de ahí afuera”, me dice
“imagínese acá adentro”.
Así que aquí estoy
apoyado de nuevo en
las almohadas.
Nada más que un viejo
nada más que un viejo escritor
con una libreta
amarilla.
Algo sé
acerca por él
suelo
hacia mí.
¡Ah!, no es más que mi gato.
Por esta vez.-

Cómo ser un gran escritor



Tenés que cogerte a muchas mujeres
bellas mujeres
y escribir unos pocos poemas de amor decentes
y no te preocupes por la edad
y/o los nuevos talentos.
sólo tomá más cerveza más y más cerveza.
Andá al hipódromo por lo menos una vez
a la semana
y ganá
si es posible.
aprender a ganar es difícil,
cualquier boludo puede ser un buen perdedor.
y no olvides tu Brahms,
tu Bach y tu
cerveza.
no te exijas.
dormí hasta el mediodía.
evitá las tarjetas de crédito
o pagar cualquier cosa en término.
acordáte de que no hay un pedazo de culo
en este mundo que valga más de 50 dólares
(en 1977).
y si tenés capacidad de amar
amáte a vos mismo primero
pero siempre sé consciente de la posibilidad de
la total derrota
ya sea por buenas o malas razones.
un sabor temprano de la muerte no es
necesariamente
una mala cosa.
quedáte afuera de las iglesias y los bares y los
museos
y como las araña sé
paciente,
el tiempo es la cruz de todos.
más
el exilio
la derrota
la traición
toda esa basura.
quedáte con la cerveza
la cerveza es continua sangre.
una amante continua.
agarrá una buena máquina de escribir
y mientras los pasos van y vienen
más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa
dale duro.
hacé de eso una pelea de peso pesado.
hacé como el toro en la primer embestida.
y recordá a los perros viejos,
que pelearon tan bien:
Hemingway, Celine, Dostoievsky, Hamsun.
si crees que no se volvieron locos en habitaciones
minúsculas
como te está pasando a vos ahora,
sin mujeres
sin comida
sin esperanza…
entonces no estás listo
tomá más cerveza.
hay tiempo.
y si no hay
está bien
igual.

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